miércoles, 8 de enero de 2014




Tengo el corazón ‘partío’  


      Sí, es el título de la canción casi conocida por todos de Alejandro Sanz.

      Se me vino rápido a la mente viendo la similitud del comienzo de este vídeo de YouTube  con el primer interviniente que nos habla del cerebro como dos partes dedicadas a distintos conocimientos o menesteres en nuestras vidas.




      Lástima que, en algunas personas, parezca existir la ‘tercera fase’. Otro pensamiento inmediato a la película y a E.T.,  y a tener la sensación de vivir entre algún que otro extraterrestre  que no piensa más que en el comecocos político, social, comercial.  O el comecocos que sea que le incita a expresar siempre el pensamiento de otros olvidando su propio pensamiento. Bueno, quizás es porque no tiene pensamiento. No piensa. 



      
Tiene una tercera sección en su cerebro que le indica que es más cómodo dejar que piensen otros. Y ahora me acuerdo del que inventen ellos de Miguel de Unamuno. Y es justo que hay que hacer ahora con los recortes, cerrar o menguar el dinero que se destina a la ciencia y aumentar los sueldos y dietas de los políticos. Si cuela, cuela. Solo hace falta que un porcentaje considerable de la población dé por buenas las ocurrencias de esa casta insoportable que fagocita todo lo que toca. El sectarismo en grado sumo. Unos nos expolian con la mano derecha y otros hacen lo mismo con la mano izquierda.

      Y es que está a la vista el interés que pierde a la sociedad. Todos se quejan, pero todos están en busca de lo que el consumismo nos ofrece. Nos dejamos la vista en la publicidad que nos incita a gastar, a ser más que el vecino. No vaya a ser que nos tomen por pobres y tengamos un problema con esta sociedad que nos ofrece la tercera fase mental y no seamos capaces de presumir lo suficiente haciendo ver que seguimos a los ‘Dioses’ que piensan por nosotros.  Cada cuatro años demostraremos que creemos en ellos.

      Se nos ocurre culpar a los bancos porque nuestros males son económicos. Los buenos tiempos se acabaron, pero no podemos pensar que es así porque entonces reconocemos que es verdad que no hicimos gran cosa para haber evitado la situación actual. Nos quejamos de la venta de armas y de los gastos en defensa de los ejércitos, pero montamos en cólera cuando se dice que se va a cerrar tal o cual fábrica de armas con los sindicatos por delante. ¿No somos hipócritas?

      Somos capaces de demostrar que podemos ir en contra de nuestra propia cultura haciendo ver las partes malas que tiene, que las tiene, no hay que negarlo, y defendemos, al mismo tiempo, las civilizaciones que nos rodean otra vez con la hipocresía por bandera. Echamos las culpas a los de enfrente y ocultamos nuestras propias culpas. Cultivamos el y tu más por conveniencia,  para demostrar que nos cuesta pensar y hacer uso correcto de las dos partes reales en las que se dividen los cerebros de los que no quieren que el sistema actual de sociedad cambie, no vaya a ser que pierda privilegio alguna eminencia ilustrada que se gana la vida a costa de los que hacen uso del sagrado derecho de votar cada cuatro años.


      Si viene una persona que nos habla de humanidad o de humanizar el sistema económico, lo degradamos a loco o antisocial. Es un peligro para la economía, para el negocio de acumular dinero, para la banca internacional.  Esa banca y esos banqueros que despreciamos pero que no somos capaces de devolver sus tarjetas de crédito y retirar nuestro dinero. ¿Quién va a pagar luego nuestros recibos? Con lo fácil que sería que algunos de los que nos ayudan (falsamente) a organizar manifestaciones y algaradas,  a plantear durante un mes, dos meses, los que hagan falta, que todo el dinero de nuestras nóminas no necesario,  el que tenemos en los bancos para los pagos imprescindibles, si se sacaran al día siguiente de estar depositadas... y dejar sin posibilidad de servir a los clientes,  porque ningún banco se vería con liquidez, demostrando así que se puede parar el sistema especulativo. Pero es mejor no pensar, no sea que nos dé dolor de cabeza.


¿Y porqué digo que tengo el corazón partío? Porque no sé si me debo preocupar más por los que tienen miedo a perder el trabajo o por los que tienen miedo a no encontrar ese trabajo.

viernes, 29 de noviembre de 2013



Mascotas y caprichos



     
      Cada vez que me tropiezo en la calle con alguien que lleva a rastras a su perro o que le deja ir a demasiada distancia de él gracias a la extensión de su cuerda me viene a la memoria una noticia leída hace tiempo en la que se ve la desgracia que tienen estos animales cuando caen en manos de dueños desaprensivos que demuestran ser menos humanos y menos racionales de lo que se nos supone ante estos animales.

http://www.elcomercio.es/20121010/mas-actualidad/sociedad/perro-abandonado-carrtera-201210100801.html

      Recuerdo mi infancia entre animales y mascotas de la familia. Recuerdo un perro de caza blanco y negro, Setter.


      Parecía enorme, teniendo en cuenta mis cuatro o cinco años. Y el pobre animal me dejaba subir sobre él. Era muy parecido al de esta foto que he tenido que recoger de Internet porque carezco de fotos de aquellos recuerdos que no se me irán en la vida.

      

      Hasta que llegó el día de tener mi propia mascota, como ahora se llaman a los animales domésticos que acompañan nuestras vidas.

      Y no podía ser de otro modo más que otro perro, en este caso perra, de caza pero Pachón. Negra en casi toda su totalidad. Solo una franja en el pecho de color blanco. No se me ocurrió otro nombre que Perla. Era un cachorrillo de un mes a lo sumo que brillaba tremendamente, incluso en la noche.

      Era mi regalo por comenzar los estudios de bachiller. Fuimos amigos inseparables de juventud. Aprendí a valorar al mejor amigo del hombre. Y ella a estar pegada a mi como una lapa. Mi afición por la montaña era grande, y me acompañaba a cualquiera de las montañas que nos rodeaban, incluso si eran alejadas del pueblo, fuera a donde fuera, incluso haciendo noche. Si me veía con la mochila en la mano iba rápidamente a la pared donde se colgaba su correa para tratar de desengancharla, cogerla con la boca e irse a la puerta de la finca esperando una nueva aventura. 



      Cuando me hube de separa de ella para ir a vivir a Madrid  me dolía el alma por separarme, y no había un solo día que no la recordara ni una llamada de teléfono que no preguntara por ella. Todas las oportunidades que se me presentaban para volver a casa se aprovechaban. Estaba en un edificio que nos separa una calle. La primera vez que volví de Madrid y nada más subir a casa le silbé desde la ventana, un silbido tan especial que se quedó como algo común entre la panda de amigos, y que nada más que oyó la hizo volverse histérica,hasta el punto de saltar por uno de los huecos del primer piso sobre un montón de arena que un camión unos minutos antes había descargado delante del edificio. Un edifico de tres plantas que le servían de espacio total para sus correrías durante la noche hasta que por la mañana alguno de los abuelos bajaban a la finca para encargarse de la huerta, las gallinas y los conejos que tenían. Durante todo el día, hasta la noche, era el animal más agradecido que uno se pueda imaginar. Conocía y distinguía el ruido de los motor de los vehículos  que se acercaban al otro lado del muro. A todos, incluso a los que llegaban en vacaciones.

      Cuando un año, en el verano, regresé para pasar las vacaciones, los abuelos no sabían como decirme que la pobre Perla se había muerto, arrimada a la pared echada sobre la mochila que tantos años había acompañado. Ya no recuerdo el tiempo que me pasé llorando por aquella amiga del alma.

      Me dije a mi mismo que no quería tener ninguna mascota más, que con un disgusto como aquel ya tenía bastante.

      Pero no lo debí de decir muy en serio, porque con los años se presentó otra oportunidad a la que no le he podido decir que no. 
      
      Ya habían pasado bastantes años. Ya tenía dos hijos. Y a las puertas de un recinto donde los hijos hacían deporte, un día había una furgoneta con las puertas abiertas con un grupo de niños a su alrededor porque en su interior había un balde y casi una docena de cachorrillos que aún estaban en el proceso de abrir los ojos. Eran un regalo a la vista, y los chiquillos se volvían locos con sus padres pidiendo un cachorrillo. Eran regalados. Los dueños se veían impotentes para alimentar tantos perros. Consideraron que un buen lugar para desprenderse de ellos eran las puertas de un recinto junto a un parque donde la afluencia de niños estaba asegurada. ¡Papá, por favor!  ¡Por favor papá! 
      
      El caso es que fui pasando la vista por todos ellos, indeciso entre alegrar la vida a los hijos o alegrarme la mía propia. ¡Qué pasará cuando llegue a casa!  Cuando en un piso haya un cachorro entre madre e hijos, ¿se va a convertir en un incordio o en un juguete?

      La suerte estaba echada. Tendría una nueva mascota que atender y por la que preocuparme. Un agravante, el cachorro era un cruce de mastín y pointer. ¡Como para tenerlo en casa! 

      Pero el comienzo de un pequeño negocio con el que pretendía salvar los estudios de los hijos salvaron el problema. Y creció, y creció hasta que puesto en pie era mucho mayor que yo. Otro gran amigo que se pasaba el tiempo pegado a la máquina que tenía que hacer mover en cada momento. Las anécdotas serían mayores y más sentidas que las de Perla, que ya es decir. Le llamamos Zar, era negro con el pecho blanco, la punta del rabo también era blanco sus patas blancas también, parecían unos calcetines. Y tuvo un compañero, setter blanco y marrón.

      Pero este resultó un dolor de muelas con sus escapadas y sus recogidas en la perrera municipal. Tres veces. Hasta que la última vez ni en la perrera apareció. De Zar no quiero contar nada más por hoy.




      ¿Y porqué todo esto? Porque viendo y leyendo por aquí y por allá lo que son capaces de hacer algunos animales racionales con otros que son irracionales, pero que tienen unos sentimientos muy superiores y mucho más sanos que los que dicen ser sus dueños, no me queda duda alguna de que he tenido buenas mascotas y que ellas han tenido el mejor amigo que han conseguido encontrar.

      Hoy disfruto de otra cuya propietaria es mi hija, que por irse a ganar el pan con el sudor de su frente lejos de casa, quedó a mi cargo. Y cada día se hace más cariñoso, aunque nunca lo será como los anteriores. Su condición felina no le permite ser tan cariñoso. Aún así, retraído e individualista, voy consiguiendo que el paso de los años lo hagan ser un buen compañero que se marca sus horarios a la hora de comer y que coinciden con sus mayores momentos de amistad. 


      Mi hija le llamó Leonardo, yo le llamo Leónidas, y la amistad lo deja en Leo.

jueves, 13 de junio de 2013




ORGULLO O HUMILDAD



Decía Madame de Sévigné : Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una lengua, es porque deben escuchar y leer dos veces antes de hablar.

Hay dos formas de enfrentarse a la vida. La primera es la más fácil, creer que uno lo sabe todo y presumir de ello con orgullo. La segunda, la difícil. Asumir que hay mucho que aprender y actuar con humildad.

Es evidente que la primera es la que, con una vista rápida al entorno que nos rodea, nos parece más abundante viendo la actuación de propios y extraños. Baste con analizar un día cualquiera echando en suertes el que más o menos nos guste para analizar. Ni siquiera el día que más nos interese para poner en evidencia la vanidad de aquellas personas que nos rodean o que tienen alguna influencia en nuestra cotidiana forma de vida.

Pongamos como ejemplo las primeras horas del día, justo en el momento en que el despertador nos invita a desperezarnos para comenzar ese análisis con el que observaremos el proceder de todo cuanto nos rodea. Comencemos por escuchar las primeras noticias de las emisoras de radio. Podemos comenzar primero oyendo la que nos gusta, seguida de loa que nos disgusta. Porque todos tenemos nuestras propias preferencias. Pero también podemos hacer lo contrario, y primero escuchamos aquello con lo que no estamos de acuerdo y luego ponemos atención en oír y escuchar, que son dos cosas distintas aunque las dos tengan mucho que ver con los oídos, todo lo que quisiéramos que nos alegrara el día. Las dos cosas son imposibles. De sobra sabemos que de una misma verdad las dos emisoras son capaces de hacer dos mismas mentiras. Una porque lo es, y otra porque nos esconde la verdad. Las dos emisoras se enorgullecen de su vanidad, de su verdad. Dos vertientes para una misma cosa. El tiempo que nos acompañará todo el día, las bondades de la publicidad que nos pretenderá vaciar la cartera, los políticos que nos pretenderán llevar a su redil con sus afirmaciones y sus negaciones. La cuestión es presumir de orgullo.

Así trascurrirá el día hasta que al  oscurecer, con una recopilación de acontecimientos, se nos presentará una nueva oportunidad de oferta orgullosa de ser la verdad verdadera.

Y por si todo esto nos parece poco, hasta nosotros mismos, todos, pretenderemos unos gramos de orgullo como si de la mejor droga fuera  para tratar de llevar el agua a nuestro molino. Es como si el bipartidismo reinante en la política del país nos tratara de convertir en bipolares. En ver lo que nos interesa como bueno y lo que no nos interesa como malo. Y en realidad, la mentira llega justo hasta donde está la verdad.

El problema es cuando pretendemos monopolizar la posesión de la verdad que nos interesa, enorgulleciéndonos de algo que no nos debería enorgullecer creyendo que lo sabemos todo, menospreciando a quienes hacen uso de su humildad, que buscan la verdad sin levantar la voz, ni la pluma, y que cuando la encuentran no pretenden imponer su verdad  a los orgullosos poseedores de esa verdad.
Estos monopolios se dan cuando se observan las opiniones que leemos de los  que nos sobran dedos de una mano en alguna que otra página Web.

Orgullo y humildad podrían y debieran ir de la mano, pero nos empecinamos en enfrentar.


Sentir orgullo de poseer humildad es muy diferente a carecer de la humildad y presumir de orgullo. 

jueves, 23 de mayo de 2013



Guantanamo



      Suelo colaborar con aquellas personas u organizaciones que me lo piden, bien porque yo haya llegado a alguna Web, bien porque algún amigo me indique a donde ir o me pida ayuda. Algunas veces por petición anónima o, incluso, de personas con las que no hay una relación perfecta, en ese momento no se mira a los lados. Y además es para sentirse contento de saber que, si no todas, casi todas las ayudas tuvieron éxito.

      La última la expongo aquí para que aquellas personas que lo crean conveniente echen una mano que sirva para fortalecer esa ayuda.




Al Presidente Barack Obama :

Como ciudadanos de todo el mundo, le instamos a que responda con urgencia a las huelgas de hambre en Guantánamo. Específicamente, pedimos que nombre a un funcionario de la Casa Blanca cuya responsabilidad sea clausurar la prisión, y que use la autoridad que el Congreso de EE.UU. le ha otorgado para trasladar a los 86 hombres aptos para su puesta en libertad inmediatamente. Este indignante complejo es una plaga para la humanidad, está destruyendo vidas y fomenta el odio por todo el mundo. ¡Ciérrelo!




      Este es el encabezamiento de la petición que se hace desde:


      En esa página podéis ver e informaros de todo aquello que sea de vuestro interés. Porque no hay que dejar pasar las oportunidades que podamos echar una mano. Ya sé que hay quien puede pensar y desear que las cosas sigan igual. Aya ellos, no se trata de pedir que se cambien las ideas, si no que tengan sentimiento y un poco de humanidad, un 'poquitín' nada más.

      De verdad que espero vuestra ayuda.


Fotos Google

jueves, 9 de mayo de 2013

Hola, esto es el principio de un camino en solitario por el mundo de los blogs. La inquietud de pasear por Internet en busca de información ya se queda en el siglo pasado. Comenzando en el mundo profesional en busca de todo lo necesario para hacer funcionar un pequeño taller que iba creciendo no sin alguno de esos altibajos que  suelen acompañar a quien comienza con una mano delante y otra detrás. Eso ya terminó, posiblemente si la crisis actual hubiera dado un respiro seguiría funcionando. 

Y en esta nueva etapa en la que hay tiempo para utilizar este medio en las muy distintas vertientes que nos ofrece, el mundo del blog es una de ellas que, de una forma o de otra, nos acaba alcanzando. Internet nos ofrece tantas cosas que es muy difícil decir no. Información digital de medios de comunicación de todo el mundo a disposición de la gente que tiene inquietud y ganas de aprender de aquellos otros que la poseen. Televisiones que nos ponen en un momento al corriente de lo que está pasando allá donde se produce la noticia. Sin olvidar las radioemisoras. Todo esto se entremezcla en los blogs que ofrecen y aportan conocimiento y entretenimiento con aquellos otros que lo buscan.

Impensable en otros tiempos.